26 ago 2010

El día que la Mona Jiménez y Zygmunt Bauman se conocieron




Lo anticipó el cordobés: quién se ha tomado todo el vino ¡oh! ¡oh! ¡oh!. Si hubiera leído a Bauman cantaría: quién se ha tomado todo el líquido ¡oh! ¡oh! ¡oh!. Pero no importa, el cuartetero no se pretende sociólogo, se pretende artista y los es, sin entrar a discutir lo horripilante que quedaría la letra cambiando la palabra vino por líquido. Pero dejemos para otro momento la discusión y vayamos al grano.    

Si alguien tomara todo el vino estaría satisfecho. Un cliente satisfecho -no volverá- es una persona que dejará de consumir -por un momento-. Hermosa contradicción para los que nos quieren satisfechos y consumistas a la vez como plantea Bauman. El satisfecho, puede no volver y eso es muy peligroso así que le daremos vino en embase nuevo o con algún pequeño cambio que disimule que el vino sigue siendo vino.

Sigamos con la letra del hitazo cuartetero: “oye nena me quieres decir, por qué no puedo ya calmar mi sed”, la Mona se dio cuenta que el consumo no está destinado a satisfacer sino a producir una nueva necesidad. Por eso digo y con esto cerramos: la Mona puede ser sociólogo cuando quiera, por el momento quiere ser cuartetero y le sale muy bien, sin dudas sería un desperdicio que se dedique a otra cosa, pero dejemos la puerta abierta para que la Mona haga lo quiera. Eso sí, Zygmunt nunca podrá ser cuartetero.     


P/d: qué linda me salió la foto.        

No hay comentarios.: