28 oct 2010

¡Qué Viva la Crispasión!



Qué contentos estábamos el día que bajaron los cuadrados de los genocidas. Pensé decirte “vieja hoy soy un poco más tu hijo, porque con esto soy un poco peronista”. Pero ibas a pedir explicaciones, por ser una frase con ironía y desamorada. Y no, no vieja, te amo, pero sé que serías un poquito más feliz si tuvieras un hijo en la Gloriosa Juventud. Cuánta discusión tenemos arriba, y ayer no peleamos, raro ¿no? También te noté tristona. Por eso te escribo, y por acá -sé que sos una de los dos o tres lectores del blog-.

No te quiero cocinando ni limpiando día y noche. Sentís la política hasta en el último rulo que heredé, y te prefiero así, enamorada de tu partido, de tu ideología, con ganas de pelearme y buscando coincidencias, que tenemos y muchas, pero preferimos la pelea, la discusión, porque somos dos crispados, histéricos, choripaneros, cómo no discutir si sos mi vieja. Cuando hijo y madre coinciden en política es porque está mal educado. A la mamá hay que discutirle. Por eso te digo: ¡que bien me educaste!

¿Lo viste a Evo en el funeral? ¿No te pone contenta eso? Sé que sí, y a mi también. Te cuento un chisme: cuando Néstor fue de visita a Bolivia, allá en sus primeros viajes, se entrevistó primero que nadie con un dirigente cocacolero, nadie le daba un peso, era un negrito sindicalista, con panza, cara redonda, el final de la historia ya lo conocemos.

Besos

P/d: ¡Cómo me gusta cuando me decís Compañero!    

1 comentario:

Anónimo dijo...

andate a vivir a bolivia si tanto te gusta