Eh! Vecino (II)

De los deportistas famosos del barrio, éste es el menos conocido y tengo una explicación que no va convencer a nadie: trabaja de verdulero y vende plantines. Sabe tanto de plantas que no es extraño verlo en la vereda recibiendo consultas de abuelas preocupas o tomando nota de pedidos varios. A quién se le ocurriría pensar que durante los fines de semana, ese muchacho amable con las plantas y las abuelas, se sube a un ring para romper narices, dejar sin aire con trompadas que van directo al hígado y calcular golpes al mentón.

Pasando por su casa me quedo unos minutos mientras tira piñas al aire y mueve los pies como si bailara cuarteto. De fondo colgado en la pared, una foto del Che. “Esto se llama: hacer sobra” comenta Willy. Miro con asombro un estado físico que jamás alcanzaré y horas de entrenamiento que me dejarían en camilla por semanas. Antes de irme recibo una trompada, sin guantes, no hay guantes ni protectores que atajen una frase bien puesta: “si seguís fumando no se te va parar más”. Encado un sí, sisisi, y me despido.