24 abr 2010

Habemus Prejuicios

Los cobardes son los que se cobijan bajo las normas, dijo -creo- el francés del ojo desviado que tan claro veía, entonces rompamos la norma de papá y mamá: familia normal: hijos normales. No hay normalidad ni naturaleza que valga, lo que hay son modelos, que después son norma y que después se naturalizan. Entonces empecemos la discusión desde el principio, desde los modelos, y no desde el final: lo naturalizado. Esto viene a cuento porque volvieron las sotanas, se reunirse y dijeron: “la naturaleza no discrimina cuando nos hace varón o mujer". Muy bien, tienen un diez por capacidad de análisis. Pero atenti al lupo o atenti a las sotanas que hay algo profundamente embrutecedor en la declaración: la identidad sexual es biológica, varón -pija- y mujer -concha-. De movida, el desplazamiento hacia lo biológico, niega lo social. Eso es lo que hay que aclarar al momento de la discusión: la sexualidad es -también- social. Si la naturaleza nos hace, la sociedad nos construye.

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